Sabiduría Para La Riqueza, Reflexión

Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Prov. 4:7

Si ha puesto su corazón en agradar a Dios y en buscar sabiduría, ¿qué puedes esperar de Él con respecto al dinero y las riquezas? La Biblia aclara dos cosas: provisión para sus necesidades y recompensa por su trabajo.

La provisión para sus necesidades es parte de la fidelidad del pacto de Dios hacia usted como uno de sus hijos. Jesús enfatizó que “vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mat. 6:32), y finalmente Él las dará según sea necesario. Su responsabilidad es decir como Pablo: “He aprendido a estar contento en cualquier circunstancia en la que me encuentre” (Filipenses 4:11).

Sin embargo, el Señor también promete no solo suplir sus necesidades, sino también recompensar el trabajo de sus manos. Hay un principio fundamental que Dios ha puesto en el mundo: “El hombre siega lo que siembra” (Gálatas 6:7). Si un creyente en Cristo diligentemente busca honrar al Señor en sus esfuerzos financieros aplicándose a sí mismo en su trabajo, puede esperar razonablemente que Dios recompensara sus labores con frutos productivos.

Disfrutar los frutos de nuestro trabajo es una de las bendiciones de Dios para sus hijos, del convenio que proviene de aplicar nuestras manos y mentes diligentemente a nuestros llamamientos. Por eso los Proverbios enfatizan la importancia de ser diligentes (ver Prov. 10:4; 12:24) y la locura de ser perezosos.

Un poco de sueño, Un poco de somnolencia, Un poco de cruce de manos para descansar y su pobreza vendrá sobre usted como un bandido. (Proverbios 24:33, 34).

¡Nunca olvide! Si insiste en ser perezoso, en hacer simplemente lo suficiente para salir adelante, lo suficiente para complacer a los ojos del empleador, obtendrás exactamente lo que mereces, nada más. Esto se aplica a maestros, contadores, abogados, médicos y a todos en general. “Todo lo que el hombre sembrare, eso cosechará”. Si, por el contrario, es diligente en hacer su trabajo y cumplir con su llamado yendo más allá de los requisitos mínimos, encontrará que será recompensado tanto por Dios como por los hombres. He visto esto muchas veces tanto en el mundo académico como en el empresarial; las personas que se aplican diligentemente a las tareas que tienen entre manos terminan cosechando los beneficios.

Sin duda ha conocido a personas que han trabajado duro durante toda su vida adulta solo para descubrir que no tenían nada al final del camino. ¿Es realista pensar que el trabajo duro por sí solo generará riqueza cuando la inflación progresiva se carcome sus ahorros? Seguro que hoy en día se necesita algo más, ¿no? Los Proverbios sugieren que se deben seguir otros dos principios importantes si se quiere obtener riqueza a la manera de Dios.

Uno es hacerse rico lentamente y el otro es buscar toda la ayuda, la consejería e información importante para lograrlo, tema del cual estudiaremos con más detenimiento en otra reflexión, por el momento aplíquese en adquirir conocimiento y no deje de hacer lo mejor que pueda en todo lo que emprenda o que se le asigne, que más temprano que tarde, vera no solo agradable resultados, sino; que se sentirá mucho mejor con usted mismo al saber que ha dado su mejor esfuerzo.

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